
Eficacia del tratamiento osteopático aplicado al diafragma en pacientes con reflujo gastroesofágico
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una afección que se desarrolla cuando el reflujo del contenido del estómago causa síntomas o complicaciones molesto. Se trata de una carga común cuya prevalencia ronda el 20% en el mundo occidental y está aumentando a nivel mundial.
El esfínter esofágico inferior (EEI), rodeado por el músculo diafragmático, previene el reflujo gastroesofágico. Cuando estas estructuras se vuelven incompetentes, el contenido gástrico puede sobrepasar hacia el esófago y causar la enfermedad.
Los factores informados, asociados con la ERGE, incluyeron enfermedad respiratoria comórbida, dolor torácico, obesidad y antecedentes de la enfermedad con un gran impacto sobre la calidad de vida, afectando de forma desigual según el área geográfica, el sexo y el perfil clínico.
El tratamiento estándar actual consiste en modificaciones del estilo de vida y la administración de inhibidores de la bomba de protones (IBP). En otros casos, la cirugía es la última opción cuando los tratamientos anteriores fallan.
Sin embargo, en la búsqueda de un tratamiento alternativo para la ERGE, algunos estudios demostraron su eficacia mediante la realización de ejercicios respiratorios periódicos, dirigidos a fortalecer la crura del diafragma (EC), disminuyendo así la percepción de síntomas y la necesidad de consumir IBP. Como consecuencia de ello, dichos pacientes mejoraron su calidad de vida.
La idea de ejercitar al músculo diafragma, es por ser éste un componente clave de la barrera antirreflujo y funcionar como un esfínter extrínseco de la unión esofagogástrica (UEG). Entre las técnicas de terapia manual disponibles, las de liberación miofascial (MFR) se utilizan ampliamente.
Los tratamientos con MFR requieren la aplicación de presiones tridimensionales de baja carga sobre el tejido fascial durante períodos prolongados con el objetivo de manipular el complejo miofascial y restaurar su longitud óptima. Estos tratamientos han demostrado reducir el dolor y mejorar la función de las áreas tratadas.
El diafragma es el músculo más importante de la respiración y catalizador de todas las funciones y disfunciones del organismo y se considera el motor principal que provoca e impulsa la movilización del volumen de aire en todo ser vivo, permitiendo el aporte de oxígeno a los diferentes tejidos. Anatómicamente está ubicado transversal al eje longitudinal del cuerpo, separando la cavidad torácica de la cavidad abdominal y presenta en su interior tres importantes orificios, atravesados por la vena cava inferior, la arteria aorta y el esófago.
Es importante destacar el equilibrio y la interdependencia de las diversas estructuras que forman parte del organismo, las cuales funcionan coordinadamente tanto en situaciones normales como en desventajas, condicionando la anatomía, la adaptación y la interrelación de las diferentes estructuras corporales.
El estómago está ubicado en la región central y superior del abdomen (epigastrio), siendo una ancha bolsa que se abre a continuación del esófago –una vez atravesado el músculo diafragma-, a través del hiato esofágico. Ambas estructuras mantienen una unión directa, a través del ligamento gastrofrénico, provocando que los movimientos viscerales y el movimiento diafragmático estén ligados recíprocamente.
Los síntomas principales de la ERGE son la pirosis retroesternal, descripta por el paciente como una sensación de ardor o de fuego por detrás del pecho, la cual asciende desde el epigastrio por detrás del esternón; y la regurgitación ácida. Sin embargo hay pacientes que presentan dolor torácico de origen no cardiológico, disfonía y tos crónica.
Sería fundamental entender que el sistema musculoesquelético no es únicamente un sistema de locomoción. Éste cumple la función de transmisión y de disipación de carga, de anclaje de vísceras y de bombeo fluídico y protector.
La continuidad fascial del individuo es el resultado de la evolución de la sinergia perfecta entre diferentes tejidos, líquidos y sólidos, capaz de soportar, dividir, penetrar, alimentar y conectar todas las regiones del cuerpo, involucrando todas sus funciones y estructuras orgánicas. En consecuencia, el movimiento del cuerpo humano implica el uso de un mismo tejido fascial, que a su vez está basado y gestionado por sensaciones; como la emoción y el dolor.
La presente revisión bibliográfica detalla aspectos de la anatomía humana, que se relaciona entre sí y con el resto del cuerpo, de forma tal de crear una visión holística del individuo en sus funciones. De todo ello es que se desprende la motivación para tratar clínica y manualmente a dicho músculo, considerando sus técnicas de tratamiento de relevancia social y científica, las que contribuyen a la restauración de las propiedades miofasciales de la EC y en consecuencia, a fortalecer el conocimiento del área que se investiga.
